Descubra el encanto del patrimonio natural de la Costa Brava
La Costa Brava designa a la zona costera de España que empieza en Blanes, y que acaba en la frontera con Francia en Portbou. Su gran particularidad es que a pesar del boom turístico se ha preservado parte de su patrimonio natural y arqueológico.
No obstante, además del magnífico litoral y de los encantadores paisajes de la plana del Empordà, las comarcas gerundenses tienen magníficos parques naturales como el del Cap de Creus, los Aiguamolls de l’Empordà o el del Montgrí-Illes Medes, donde se puede ver una amplia variedad de flora y fauna. También disponen de jardines botánicos de gran belleza situados junto al mar, como por ejemplo los Jardines de Santa Clotilde en Lloret de Mar, situados sobre un acantilado o los Jardines de Cap Roig, entre Palafrugell y Mont-ras, uno de los más importantes del Mediterráneo;
A continuación le mostramos 7 lugares del patrimonio natural de la Costa brava que debe conocer:
1. El perfil abrupto del parque natural de Cap de Creus:
Es uno de los espacios naturales más importantes de Cataluña. Está ubicado en torno al accidente geográfico del Cap de Creus, el punto más oriental de toda la Península Ibérica. Tiene la característica de albergar una zona terrestre y otro marina. El espacio que ocupa el parque se extiende en unos 13 886 hectáreas y recibe cada año unos 435 000 visitantes. Los fuertes vientos que recorren la zona, especialmente la tramuntana, y el oleaje han ido moldeando esta parte del litoral, configurando un perfil muy abrupto. En todo el territorio encontramos una vegetación escasa: los árboles no son muy frecuentes, apareciendo manchas de pino halepensis y alcornoque, y en menor número, la encina pero una fauna muy rica. De hecho, en el Parque se aúnan diversos ecosistemas que le otorgan una gran variedad de especies representativas.
Importancia cultural del parque:
El entorno cultural de Cap de Creus es de primera magnitud. En las poblaciones que rodean al Parque, Cadaqués, Llançá, El Port de la Selva, Roses y otros, el visitante descubrirá un rico patrimonio artístico y monumental. En las proximidades se encuentra también el importante monasterio de Sant Pere de Roda, cuyos orígenes se remontan al siglo X.
2. El Parque Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter:
El Parque Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter engloba el macizo montañoso del Montgrí, el archipiélago de las islas Medes con su fondo marino de preciado valor ecológico, y los humedales que forma el río Ter al desembocar en la bahía de Pals.
Historia y legado del pasado:
El macizo del Montgrí es la gran formación calcárea que hace de frontera natural entre el Baix y el Alt Empordà con una extensión de 2.300 hectáreas y está formado por tres montañas hasta la costa de l’Estartit, donde destacan la roca Maura y la torre Moratxa.
Existen cavidades importantes que puede visitar del tiempo del paleolítico como la guarida del Duc, en la vertiente sur del macizo, a 200 metros sobre el nivel del mar. Fue habitada hace unos 300.000 años, a causa de una posición estratégica, al abrigo de los vientos de tramontana.
Aparte de esta cueva, se conocen una cincuentena de cavidades más repartidas por todo el macizo. Pero la Edad Media también ha dejado su huella en la región, con la ermita románica de Santa Maria de Palau (siglo XIII), situada en la vertiente de Sobrestany y hoy en día en estado ruinoso y el imponente castillo de Montgrí, que se empezó a construir en 1294 por orden de Jaume II, pero que quedó inacabado en 1301 por un enfrentamiento con el condado de Empúries.
Por otro lado, en el siglo XVIII se fundó la ermita de Santa Caterina y, de camino hacia el castillo, se pueden encontrar tres capillas de piedra y con techo de bóveda medio en ruinas.
Una fauna y flora rica que permiten hacer actividades exclusivas:
El archipiélago de las islas Medes, situado aproximadamente a un kilómetro de la costa de l’Estartit, es la única reserva marina del país. Su fondo marino es el que da un valor excepcional a las Medes y las convierte en un lugar único en el Mediterráneo, muy apreciado por los submarinistas de todo el mundo. En este fondo destacan las poblaciones de algas, las praderas de posidonia, los corales, varias especies de peces, los cangrejos, las estrellas de mar, etc.
Para poder disfrutar de todas las maravillas submarinas que reservan las islas Medes, se puede practicar el submarinismo o bien participar en una excursión en un barco con el fondo transparente. La práctica del submarinismo está regulada, pero se puede realizar con embarcación propia o bien a través de uno de los centros concesionarios autorizados, que también proponen itinerarios marinos comentados, practicando la inmersión ligera (aletas, gafas y tubo) o el itinerario submarino (en grupo, con sesión teórica previa).
3. Les Basses d’en Coll región de arrozales, humedales y dunas litorales:
Les Basses d’en Coll es un espacio natural protegido ubicado en el municipio de Pals en la comarca del Baix Empordà. La zona abarca desde arrozales y humedales hasta unas dunas litorales en constante movimiento, modificando la desembocadura del río Ter y creando un ecosistema único, con gran variedad de fauna todo el año.
Una larga tradición en el cultivo de arroz y cereales:
El cultivo del arroz tiene una larga tradición en Pals. Los árabes introdujeron el cultivo del arroz en la península en el s. IX, aunque no fue hasta 1452 cuando se encontraron documentos que atestiguan la concesión para construir en Pals un molino de arroz y las correspondientes acequias de riego. Sin embargo, por motivos sanitarios, este cultivo estuvo durante muchos años abandonado y en 1894 un empresario emigrante de Torroella compró las fincas para reintroducirlo.
El cereal, para su crecimiento, necesita de campos permanentemente inundados y con una temperatura del agua relativamente alta. Estas condiciones son justo las que ofrece les Basses d’en Coll durante la temporada en la que crece el arroz.
Durante el verano, los arrozales lucen un color verde intenso que, juntamente con los canales y árboles de ribera que los rodean, dan un valor añadido y único a este paisaje.
Es importante mencionar que circula un tren turístico llamado ‘Xiulet de Pals’ (‘Silbato de Pals‘) que efectúa una entretenida ruta por el espacio natural, que incluye la visita a la masía arrocera del siglo XV.
Justo al otro lado de les Basses, en dirección a la playa, se encuentran las dunas de Pals, otro elemento natural de gran valor para entender este ecosistema.
Recorrer este maravilloso espacio natural en plena planície del Empordà, con las impresionantes montañas del Montgrí al fondo como escenario, es una de las actividades más exclusivas que se pueden llevar a cabo en la Costa Brava.
4. Los jardins de Cap Roig, abundantes en especies botánicas:
El Jardín Botánico de Cap Roig también denominado como Jardins de Cap Roig es un jardín botánico situado en la comunidad autónoma de Cataluña y está considerado como uno de los jardines botánicos más importantes del Mediterráneo.
En 1927, un coronel ruso Nicolai Woevodsky, amante del dibujo y de la arquitectura, y la aristócrata inglesa Dorothy Webster, aficionada a la decoración, la arquitectura y la jardinería, decidieron establecer en la Costa Brava el lugar donde vivir.
Así, entre Palafrugell y Mont-ras (Girona), crearon este espacio singular hoy repleto de vegetación procedente de todo el mundo, con esculturas de artistas como Oteiza o Basterretxea y con una arquitectura encantadora.
Desde 1969, la Obra Social «la Caixa» se encarga de preservar este idílico lugar puesto que es un referente paisajístico y turístico de la Costa Brava.
Además, el auditorio al aire libre acoge cada año el Festival de los Jardines de Cap Roig, uno de los eventos musicales más interesantes del verano que reúne a artistas de todo el mundo. La situación geográfica de los jardins y su orientación favorable resguardada de vientos del norte, hacen con que posean una rica flora mediterránea, exótica, tropical y subtropical.
Este jardín botánico alberga más de 500 especies botánicas.
5. El jardín Botánico Marimurtra, el mejor jardín botánico mediterráneo de Europa:
El Jardín Botánico Marimurtra está considerado el mejor jardín botánico mediterráneo de Europa con unas 16 hectáreas de extensión. Está situado en el municipio de Blanes, (provincia de Gerona). Se encuentra situado en la montaña y posee unas impresionantes vistas sobre el mar Mediterráneo.
Más de 4000 especies vegetales reunidas en un sólo jardín:
El jardín botánico Marimurtra es un impresionante jardín botánico con más de 4.000 especies, dedicado fundamentalmente a la flora típica mediterránea y subtropical. Cuenta con magníficas colecciones de cactáceas y otras plantas suculentas procedentes de las regiones áridas de África del Sur y América Central, además de plantas endémicas de Cataluña.
El jardín, de escarpada topografía, tiene un gran estanque y una larga escalera que finaliza en el templete de Linneo, desde el que se domina una impresionante vista de la costa y el mar.
6. El Jardín Botánico Pinya de Rosa, el más grande jardín botánico del mundo:
El Jardín Botánico Pinya de Rosa es un jardín botánico que se encuentra en Blanes (Selva, provincia de Gerona).
Fue creado por un Dr. Ingeniero Industrial, quién compró la finca donde se encuentra en el año 1945, haciendo plantaciones de todo tipo de plantas, que conseguía de otras colecciones particulares, de botánicos, o de la propia naturaleza.
El Jardín botánico Pinya de Rosa contaba con más de 7.000 especies de plantas de todo el mundo, todas ellas identificadas, clasificadas y ordenadas por especies. Con la muerte del propietario Fernando Riviére en 1992, se fueron perdiendo todas las colecciones, de las cuales solo quedan ejemplares sueltos casi todos sin identificar.
Entre las colecciones consideradas como las mejores del mundo se encuentran las de aloes, agaves y cactáceas (especialmente de Opuntias, con más de 600 especies).
7. El parque natural de las Marismas del Ampurdán para poder admirar la fauna ornitológica:
El parque natural de las Marismas del Ampurdán son un conjunto de marismas generadas al final del curso del río Muga y del Fluvià. Está considerado Paraje de Interés Natural desde 1083. El Parque tiene una extensión de 4730 hectáreas aproximadamente, de las que 825 son reserva natural integral estrictamente protegida.
El Parque está situado en la zona del Alto Ampurdán y lo conforman los municipios de Castellón de Ampúrias, San Pedro Pescador, Palau-Saverdera, Perelada, Pau, Pedret y Marsá, La Escala, Rosas y La Armentera. Su principal interés recae en la riqueza de la flora y la fauna ornitológica sobre todo, especialmente migratoria.
Un espacio de convivencia entre agua, tierra, seres humanos y naturaleza:
Es un espacio de convivencia entre agua, tierra, seres humanos y naturaleza, dando lugar a una serie de ecosistemas diferentes pero interdependientes entre sí: el mar, las playas y arenales costeros, lagunas salobres litorales (localmente conocidas como llaunes), los campos y prados de pasto, los estanques y humedales de agua dulce, los ríos, arroyos y canales, los campos de cultivo, y los pequeños núcleos habitados.
En una extensión no demasiado amplia, el parque dispone de diversos ambientes uno junto al otro: marismas con juncales o carrizales, salicornia, lagunas de agua dulce, bosques de ribera, pastizales, matorral mediterráneo, playas y bahías someras, y antiguos arrozales hoy en día transformados en pastos húmedos. La situación geográfica de la zona hace que los días de fuerte migración haya una gran cantidad de especies e individuos, especialmente de paseriformes.
El relieve, prácticamente llano, ha facilitado el trazado de unos itinerarios cómodos y accesibles para cualquier observador. Los recorridos se sitúan alrededor de lagunas litorales, que se encuentran rodeadas de carrizales, marismas y bosques de ribera y, en algunos lugares, en zonas abiertas con vegetación de escasa altura.
En los alrededores del parque hay sierras mediterráneas con bosques abiertos de alcornoque y matorrales, con especies nidificantes no presentes en el mismo parque. Así, en un espacio bastante reducido, se puede ver una gran diversidad de especies. Además, es también uno de los pocos lugares de la península Ibérica donde se pueden avistar especies como la pardela mediterránea y balear, la polluela bastarda, el bisbita gorgirrojo y el cernícalo patirrojo.
Así pues, fruto de la belleza natural y la riqueza cultural, la Costa Brava es un lugar para perderse y encontrarse al mismo tiempo.
Venga a descubrir los encantos de Costa Brava que la transforman en un lugar de ocio exclusivo y de lujo, caracterizada por la belleza natural de sus paisajes.